lunes, 3 de diciembre de 2012

Estar preparados no es algo que podamos aprender!



Toda mi vida me la he pasado estudiando, descubriendo, adquiriendo conocimientos. Mis padres desde chiquito me comenzaron a enseñar, mi madre se encargaba de que aprendiera a leer y a escribir, mientras que mi padre se encargaba de que supiera razonar y a calcular. Recuerdo que fueron muchos los chancletazos y correazos cuando cometía una equivocación leyendo o cuando realizaba una suma mal. Pero al final era un error que no volvía cometer y me hacia consiente de que debía aprender y valorar el esfuerzo y dinero que mis padres con tanto trabajo conseguía, solo para que yo pudiera ir a una escuela privada y no ser víctima del mal sistema de educación publica de aquel entonces.


A medida que fue creciendo me iba haciendo más independientes con mis estudios, ya no necesitaba que me explicara como resolver un problema de calculo, o como pronunciar algunas palabras. Sé que sonara algo masoquista, pero bien agradezco que mis padres me corrigieran aunque me doliera, de tal forma que me ocupara en mi crecimiento y no me dejara influenciar de las malas costumbres que existían en aquellos días. 

Hoy en día tengo 23 años, ingeniero de sistemas de unas de las mas prestigiosas universidades de mi país, con una beca para realizar una maestría en una universidad de Madrid. Con una buena experiencia laboral en tan poco tiempo. Y con la capacidad de auto capacitarme en nuevas tecnologías y tendencias. Pero aun después de 23 años me he dado cuenta que no vale la preparación que obtengas, habrán cosas para la cual no estaremos preparados, habrán situaciones con la cual no sabremos como manejarlas, incluso si tuviera un master en MBA. Hay situaciones que no se aprenden a manejar hasta que se nos presentan. Hay sentimientos que aparecen de donde no teníamos idea que existieran. 

Una de esas situaciones que aun confieso no estar preparado, a pesar de mi reciente experiencia en ese ámbito, y me refiero a la pérdida de un familiar o un ser querido cercano. Hace poco me toco ver la desesperación, el dolor, la agonía y el amor de un amigo y sus hermanas al haber perdido a su padre. Yo no llegue conocer al difunto, pero si conozco a su hijo, a quien considero como un hermano. A quien fui hacer acto de presencia para darle el pésame, pero la verdad me di cuenta que en ese momento el necesitaba apoyo, hacerle entender que a pesar de la perdida, no esta solo, no es el fin del mundo, que aun hay personas que lo quieren, y que se preocupan por el. Su madre quien estuvo velando fuertemente por consolar a sus tres hijos, quien dio todo lo que tuvo por tratar de que no sufrieran por razones que no son validas, por hacerles entender que aun pase lo que haya pasado, seguirán unidos y ella los amara igual y mas que siempre.

Ahí confirme que no estaré preparado para responder ante una situación similar, a pesar de que haya apoyado enteramente al sufrimiento de mi amigo. Solo queda en mi, tener la serenidad y la capacidad de controlar mis reacciones sin la necesidad de aguantar el sufrimiento. Y de no ser así, poder contar con el apoyo de mis amigos y familiares, para superar una situación de esta índole.

Quizás esta nota no tenga mucho sentido o coherencia, pero es la forma mas clara con la cual puedo expresar lo que ahora siento. A su medido tiempo hare las correcciones si ha de considerarse.
Muchas gracias por su atención. 

No hay comentarios: